Releyendo viejas revistas de mi colección de “Todo es historia” dirigida por el Dr. Félix Luna encontré un ejemplar del mes de septiembre de 1977 dedicado íntegramente a “Los avatares de la industria argentina” y en la página 80 una nota sobre nuestra localidad rionegrina de Sierra Grande, que me dejó una cierta desazón y también de frustración por las cosas que pudieron ser y por varias causas hoy duermen al decir de García Márquez bajo “cien años de soledad”.
He aquí la transcripción de la nota de marras: “En la provincia de Río Negro, a 1.200 kilómetros al sur de la Capital Federal y sobre el Golfo de San Matías, se encuentran los yacimientos ferríferos de Sierra Grande, con reservas del orden de los 63 millones de toneladas de mineral de hierro (probadas) y reservas geológicas estimadas en unos 200 millones de toneladas con una ley de hierro del 56%”.
“La cuenca ferrífera sedimentaria está integrada por tres mantos aflorantes en superficie en una estructura geológica de anticlinal hacia el este. Los depósitos están constituidos fundamentalmente por magnetitas, mineral de hierro conocido por los antiguos como piedra-imán”.
“A unos 30 kilómetros de la costa atlántica y adyacentes a la Ruta Nacional 3, que pasa por san Antonio Oeste y Puerto Madryn, la altura de los yacimientos llega a unos 300 metros sobre el nivel del mar en la zona cercana a la ruta y a unos 500 metros en las tomas y terrazas más altas del sector sur”.
“El tranquilo paisaje patagónico se define, en términos geológicos, como una extensa perillanura con sedimentos antiguos, apenas ondulada y con pequeñas escarpas producidas por plegamientos y fracturas que hacen aflorar los mantos ferríferos cuyas rocas son sedimentos clásicos y magmatitas. Entre los primeros se haya areniscas, cuarzos y arcillitas con intrusiones de cuarzo. Entre las magmatitas hay efusivas básicas y filones de cuarzo diorita”.
“El espesor de la formación ferrífera oscila entre los 900 y 1.100 metros observándose una disminución hacia el sur”.
“El método de explotación subterránea del yacimiento es el conocido como “socavación de subnivel”. Más de 500 hombres trabajan en tres turnos diarios en las tareas de extracción y administración. Los mineros se internan en las entrañas de la tierra por un laberinto de túneles y según el proyecto de explotación, la mina es servida por dos piques, o fosos de penetración –uno para material estéril y servicios generales y el otro exclusivamente para alimentación de mineral a plana”.
Supo decir al respecto el general Manuel Savio que “la industria siderúrgica es fundamental, es primordial. La necesitamos como hemos necesitado nuestra libertad política, como necesitamos en su oportunidad nuestra independencia”.
Han pasado los años y los sueños de desarrollo y de progreso de Sierra Grande han quedado inconclusos y postergados por una serie de acontecimientos que sería largo y engorroso determinar.
Sierra grande tiene lo más importante que un pueblo puede tener: su tenacidad, su resistencia ante las adversidades, pero también su esperanza en un futuro mejor. Sus sufridos pobladores no se doblan a duelo por la grandeza de antaño, ni bajan los brazos, sino que todavía confían en tiempos mejores.
